En un camino de tinieblas
en las sombras del olvido
quedò un corazón herido
por amar quedo marchito.
Un grito desesperado
irrumpió la apacible noche:
¡Maldito este amor!
que me consume día a día.
¡Maldito este amor!
que mi tranquilidad oprime.
¡Maldita yo!
por no entender,
amar es sufrir.
¡Mil veces maldita!
por buscar amor
donde solo hay dolor,
por creer en la felicidad
de un amor fugaz.
LUCIÈRNAGA